Si el corazón no está abierto no es empatía

Hace un par de semanas escribí este artículo donde hablaba de diferentes maneras de escuchar y de la empatía. En él te proponía un ejercicio que me encanta y que hicimos ayer en un curso que damos de CNV para vivir en comunidad. Como siempre el ejercicio, gustó, fue divertido y dio tema para profundizar en esto de la empatía. 

Si aún no te has animado a hacerlo, tal vez hoy es un buen día para probar ...

A raíz de lo que salió en la sesión de ayer, me han entrado ganas de seguir hablando de la empatía, desde como la vivo y entiendo yo, con el enfoque de la Comunicación Noviolenta. Espero que te sirva.

Lo que me parece más importante y básico es aclarar que, para dar empatía, tenemos que tener la voluntad de querer darla y que esta voluntad está alimentada por la intención de conexión con la otra persona. No estamos dando empatía si nuestra intención no es esta. En CNV, usamos la expresión “tener el corazón abierto”, a mí me encanta porque define muy bien, para mí, las ganas, la voluntad, la intención plena, de ver en el otro, un ser vivo como yo, que, al igual que yo tiene sentimientos y necesidades hermosas y legítimas.

Tener el corazón abierto es querer hacer el esfuerzo de no juzgarle por lo que ha hecho y ver más allá de las acciones, es estar dispuesta a escuchar a la otra persona e indagar con ella qué sentimientos y necesidades tiene vivas, validándolas sin cuestionarlas.

Para mí, dar empatía es abrirme al mundo interior de la otra persona y eso implica volverme vulnerable a su sentir y no estoy hablando de simpatizar, de ponerme de su lado o identificarme con lo suyo. Estoy hablando de abrirme al gozo, al dolor, a la tristeza, la alegría…lo que sea que esté sintiendo esa persona y verla como un ser sintiente como yo. De, por unos instantes, dejar de lado sus actos y abrirme a las Necesidades que le movieron a hacer lo que hizo y desvincularlas por unos momentos de sus acciones y conectar con la belleza de éstas. Y esto no siempre es fácil ni posible, no, no lo es. A veces no podemos dar empatía, incluso aunque queramos. Me gustaría hablarte de 4 de los motivos por los cuales no lo conseguimos y qué podemos hacer al respecto.

 

  • Cuando tenemos cansancio físico y /o mental: si no puedo con mi alma, difícilmente podré escuchar y dar presencia.

 Solución “fácil”: descansar primero.

 

  • Cuando se nos despiertan sentimientos muy fuertes: puede que lo que nos cuente la otra persona nos haga enfadar o nos de mucha tristeza, angustia, miedo, también puede ser una tremenda alegría, euforia… Sean los que sean, si notamos que nos embarga una emoción muy fuerte, no podremos dar empatía porque, sin quererlo, estaremos secuestradas por esa emoción y no podremos centrarnos en la otra persona y en sus vivencias.

 Solución: recibir primero empatía nosotr@s, ya sea auto empatía o empatía por parte de otr@. Cuando ya hayamos recibido escucha y empatía suficiente, podremos estar plenamente por la otra.

  • Cuando tenemos juicios sobre la otra persona o sobre lo que ha hecho. Si estamos centrad@s en valorar y juzgar lo que ha hecho, dicho…o si tenemos juicios sobre cómo es o nos cae, no podemos abrir nuestro corazón a esa persona, estamos en otra película… e incluso, dependiendo de los juicios, puede que, en realidad NO QUERAMOS DARLE EMPATÍA.

Solución: primero decidir si quiero darle empatía y si no quiero pues nada, no hace falta invertir más energía en esto. En caso de que sí quiera, pero esté en molinete con los juicios, puedo ir viendo qué necesidades me habla cada juicio e ir desgranándolas. Si no sabes cómo hacerlo, te recomiendo este artículo. Seguramente entres en un proceso de empatía que te ayudará a limpiar y hacer espacio para acoger al/a otr@.

  • Me digo que no sé cómo dar empatía. La inseguridad en nuestras habilidades empáticas, puede ser un bloqueo a la hora de dar empatía porque, de nuevo esta emoción nos secuestra y no podemos dar presencia. 

Solución: Lo primero, recuerda que lo más importante es QUERER y después, te animo a que aprendas, al igual que lo he hecho (y sigo haciendo yo) y otras muchísimas personas que, como nosotr@s, apostamos por relaciones de calidad y por un cambio social. Y para aprender, te recomiendo nuestra formación en escucha empática,  nuestro blog, donde encontrarás artículos y ejercicios gratuitos (voy a seguir colgando más sobre este tema) y cualquier libro de nuestra tienda, todos hablan de la empatía porque es básica en la CNV.

No quiero acabar sin mencionar algunos actos que no son empatía y que me gustaría que no se confundieran, por mucho que, al hacerlos, se usen técnicas usadas en dar empatía.

No es empatía:

  • Escuchar a la otra persona para sacarle información y usarla en beneficio propio.
  • Hacer un reflejo de lo que nos ha dicho sin validar (interna o externamente) sus sentimientos y necesidades.
  • Cuando la estamos juzgando, aunque no se lo digamos.
  • Cuando no conectamos con lo que siente y necesita, sólo lo intelectualizamos.

Dicho esto… espero tus comentarios y preguntas y te deseo un feliz día, Franzina 🤗🦒🦊🌻

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