Talleres online de CNV en Córdoba


Actualmente, desde la plataforma web practicando la comunicación no violenta, estamos llegando con los talleres online de cnv en Córdoba, así como en muchas otras ciudades y provincias de España y del mundo. Este era nuestro objetivo, y la verdad, es que la situación vivida por todos desde la llegada de la pandemia, el covid19, nos ha hecho acelerar esta transformación al mundo digital y pasar de impartir la formación presencial de cnv, a realizar los talleres online de cnv para que cualquier persona con acceso a internet, desde cualquier punto de nuestro planeta, pudiera disfrutar de nuestras formaciones de comunicación no violenta. A día de hoy, estamos muy satisfechas del resultado de nuestros talleres online de cnv, no sólo por ver la conexión que se genera a través de las pantallas, sino por ver que los grupos de participantes son muy ricos al ser de sitios muy distintos y podemos aprender mucho unas de otras. Si quieres formarte en cnv y quieres participar en nuestras próximas ediciones de los talleres online de cnv, rellena el siguiente formulario y nos pondremos en contacto contigo a la mayor brevedad posible para ver si tenemos plazas disponibles.

 

La Comunicación No Violenta como Herramienta de Gestión de las Emociones

 

La Comunicación No Violenta como Herramienta de Gestión de las Emociones en el Espacio de Diálogo en la Mediación, para el Mediador y para los Mediados

 

Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo” (Abraham Maslow)

 

La mediación necesita unas habilidades en el mediador/a,

 

. . .para acompañar a los mediados/as en el conocimiento y reconocimiento del otro. Cuantas más habilidades y herramientas tengan el mediador, mejor transmitirá a las partes los encuentros y desencuentros que durante el avance de la mediación, surjan entre ellos.

 

Nuestra Ley de Mediación, L 5/12 de mediación civil y mercantil, establece en su art. 13.1, que “el mediador facilitará la comunicación entre las partes y velará porque dispongan de la información y el asesoramiento suficientes”, de ahí que me parezca fundamental que el mediador desarrolle su formación continua en el ámbito de la comunicación.

 

Utilizar Comunicación No Violenta en mediación por parte del mediador en su discurso,

 

. . .al parafrasear y resumir lo que las partes van narrando, facilita la comprensión y empatía entre las partes enfrentadas, al ser capaces de escuchar, en la boca del mediador, de una forma menos violenta lo que les preocupa. Utilizar esta herramienta, humaniza la mesa de mediación y la relación entre las partes, porque genera un ambiente protegido y no violento para las partes donde poder volcar sus verdaderas necesidades, y porque facilita la conexión de los mediados hacia el futuro, mejorando la convivencia de todos los implicados en esa mediación, y por extensión de los afectados colaterales.

 

La mediación, como herramienta preventiva,

 

. . .puede entregar a las partes en conflicto, a través de su mediador, recursos para la vida cotidiana, recursos que dotan de herramientas a aquellas para poder gestionar de forma distinta las cosas que ocurren a diario.

 

Adentrémonos en la Comunicación no violenta, sus pasos y sus efectos en la mediación, el mediador y los mediados.

 

LA COMUNICACIÓN NO VIOLENTA: ¿QUÉ ES? ¿CÓMO FUNCIONA?

 

La experiencia vital que cada uno llevamos,

 

 

. . .nos hace darnos cuenta de que la mayoría de los conflictos que existen, que vivimos y que gestionamos para otros y para nosotros mismos, tienen un origen común: la comunicación, o mejor dicho el fracaso de la comunicación.

 

    Paul Watzlawick, escribió que no es posible no comunicar, pues no solamente hablan nuestras palabras, sino también nuestros gestos, nuestros silencios.

 

Y en esa comunicación hay algo que evidentemente hacemos mal o no hacemos bien, y que genera muchas veces sin querer, incluso sin saberlo, tensiones y malos entendidos entre lo que emitimos y lo que el otro recibe.

 

En comunicación, “emisor y receptor, deben estar en sincronía,

 

. . .para captar la misma frecuencia” nos han dicho por activa y por pasiva en las distintas formaciones que hemos realizado en Mediación, en prácticas restaurativas, coaching, PNL…; sin embargo, observamos claramente, que las dos acciones de una buena comunicación ESCUCHA Y HABLA, se ven a menudo bloqueadas por nuestra forma de hablar y escuchar pues no se enfoca en el otro sino en uno mismo, es decir, cuando tengo que escuchar, en vez de centrarme en el otro, me centro en mis ideas, mis juicios de valor, mis ganas de contar mi libro…, en definitiva me olvido del otro y oigo en vez de escuchar. Exactamente nos pasa a la hora de hablar. Nos centramos en nuestros mapas, nuestras vivencias, lo que nosotros consideramos, olvidándonos del otro, de ahí que surjan desencuentros.

 

De los padres de la CNV aprendemos esta nueva forma de escuchar y de hablar:

 

Carl Rogers, nos enseña a escuchar activamente, a escuchar utilizando la empatía, el no ser directivos, el no juzgar, evitando así diálogos de sordos, tipo: “¿De dónde vienes? Manzanas traigo”. Marshall Rosenberg nos enseña a hablar, a no herir ni molestar al otro con nuestros comentarios. Esta nueva forma de hablar, no sólo resuelve conflictos, esta forma de hablar, los evita.

 

Con esta nueva forma de hablar y escuchar,

 

. . .que supone esta Comunicación no violenta, vamos a ser capaces de aceptar nuestros límites, a través de la escucha de uno mismo y de la escucha del otro sin juicio. Vamos a ser capaces de expresar nuestro punto de vistas con honestidad y benevolencia, desde el corazón, haciendo que el interlocutor se interese por lo que estamos diciendo. Vamos a ser capaces de estar a gusto en el espacio donde estemos, con las personas con las que estemos, pudiendo guiar de una forma eficaz y eficiente para finalizar un proyecto común y conseguir los objetivos propuestos.

 

Podemos ya acercarnos a lo que es la CNV, como técnica de comunicación realizada con honestidad y desde el corazón con respeto mutuo de los interlocutores. Si escuchamos nuestro corazón, escuchamos lo que necesitamos nosotros y lo que necesitan los demás, pudiendo llegar a comprender mejor al otro a través de una mejor comprensión y conocimiento de uno mismo.

 

La CNV es, por tanto, algo más que una simple técnica de comunicación,

 

. . .es una forma de vida, produce una transformación en quien la encuentra, pues utiliza 4 pasos sencillos que incorporados a nuestro día a día, con empatía y respeto al otro, nos van a posibilitar trasladar nuestras necesidades al otro, para que las reciba desde la honestidad, empatía y no juicio:

 

    1.-observar la situación,

 

    2.- ser conscientes de nuestras emociones y sentimientos,

 

    3.- descifrar nuestras necesidades reales en esos sentimientos, y

 

    4.- saber pedir al otro, sin agredir, sin ofender, desde la sencillez del reconocimiento, lo que necesitamos de verdad.

 

Así dicho, parece chupado. Pero… ¿Todos sabemos lo que sentimos? ¿sabemos lo que necesitamos? y ¿sabemos pedir lo que necesitamos, o más bien pretendemos que los otros sepan lo que queremos, sin decirlo?

 

Esta es la fuerza de la CNV: nos va a permitir enviar el mensaje real que queremos transmitir estemos en el ámbito donde estemos (personal, profesional, familiar, organizativo…) porque vamos a respetar a nuestro interlocutor, sin juicios, sin injerencias desde una escucha de calidad.

 

Con la CNV vamos a ser capaces de hacer consciente la violencia, implícita y explicita, que acompaña a nuestra comunicación, y vamos a ser conscientes de que normalmente cuando comunicamos realizamos alguna de estas cosas: etiquetamos, denigramos, reprochamos, insultamos, comparamos, exigimos.  Desde la CNV, y desde la responsabilidad de nuestros actos, pensamientos y emociones, identificamos esa violencia implícita y la cambiamos por una expresión menos violenta y positiva.

 

Descubrir la necesidad real,

 

. . .que cada uno tenemos nos acerca, pues las necesidades son iguales en todas las personas. Todos y todas tenemos las mismas necesidades, no en los mismos momentos, pero nos facilitan ponernos en el lugar del otro, puesto que lo que él/ella necesita en ese momento, yo lo he necesitado o lo necesito en otro.

 

La CNV quiere hacer consciente la violencia para desterrarla de nuestra comunicación y nuestra vida.

 

A través de la violencia, manipulamos mediante chantajes afectivos a las personas pues, en vez de reconocer nuestra necesidad, trasladamos la responsabilidad al otro y le manipulamos más o menos abiertamente para que haga lo que nosotros esperamos de él/ella. Por eso es fundamental que al aplicar esta técnica seamos honestos con nosotros y los demás.

 

¿CÓMO FUNCIONA?

 

 

En CNV utilizamos metáforas para hablar de comunicación: por un lado, el chacal, representa la comunicación violenta, la comunicación que se produce responsabilizando al otro de las cosas, con juicios, valoraciones, culpabilizando al otro y a uno mismo. El chacal es un animal que se arrastra, carroñero, competitivo. La persona como chacal, inculca miedo, culpa, vergüenza. Por otro lado, la jirafa representa la comunicación no violenta, una forma de comunicarse que conecta que genera comunidad. El animal jirafa es pacífico y apacible, tiene un corazón enorme y un cuello muy largo, que le permite coger distancia y tener una perspectiva mejor de las cosas. Por eso, la jirafa no juzga, no culpa, no amenaza. La persona-jirafa es empática y quieren mejorar la vida

 

La CNV tiene 2 principios y 4 pasos que debemos cumplir conscientemente para comunicarnos de una forma óptima.

 

La CNV parte de que todos tenemos una naturaleza buena y compasiva que vamos olvidando a través de la violencia. Además, somos responsables de nuestras reacciones en base a las necesidades reales que tenemos.

 

La escucha del chacal y de la jirafa puede realizarse enfocada hacia fuera o hacia dentro, es decir, sentir el enfado (chacal) respecto del otro y respecto de uno mismo; o sentir la compasión (jirafa) respecto del otro y respecto de uno mismo.

 

Los 4 pasos de la CNV son:

 

1.- OBSERVA LA SITUACIÓN: el hecho objetivo que te produce esos sentimientos y necesidades.

 

En este punto es necesario no caer en valoraciones subjetivas e insultos, en los trasladamos y culpabilizamos. Tenemos que aprender a observar sin enjuiciar, sin evaluar. Si evaluamos o juzgamos, conseguiremos que el interlocutor se encierre en sí mismo.

 

2.- RECONOCER CÓMO ME AFECTA ESE HECHO OBJETIVO:

 

Tenemos que hacer consciente nuestra emoción y los sentimientos que lleva aparejados. Debemos ser honrados, evitando interpretar. Tenemos que encontrar y decir lo que sentimos.

 

En esta fase se trabaja la inteligencia emocional, se trabajan las emociones y los sentimientos que ese hecho objetivo nos produce. Es un trabajo difícil porque no se nos ha educado en ser vulnerables, en sentir. Estamos educados en no demostrar esos sentimientos y emociones, por lo que necesitamos aumentar nuestro vocabulario afectivo para poder comunicarnos sin violencia y desde el corazón.

 

3.- IDENTIFICAR LA NECESIDAD QUE ESTÁ DEBAJO DE ESE SENTIMIENTO:

 

Este tercer paso es fundamental y tampoco estamos educados en ello. Las necesidades son universales, abstractas, no son ni buenas ni malas y no van ligadas a la persona, ni a las cosas. Tenemos que expresarla para que los demás lo sepan y puedan ser satisfechas. Tenemos que desculpabilizarnos por tener necesidades y querer satisfacerlas. La honestidad nuevamente juega un papel importante en esta fase.

 

4.- EXPRESAR UNA PETICIÓN NEGOCIABLE:

 

En este paso tenemos que trasladar nuestra necesidad y de qué forma la veríamos satisfecha. Tenemos que saber que el otro ha entendido nuestra petición, y que no ha visto en nuestra petición una exigencia.

 

Esta petición se formula de forma positiva, concreta y precisa, realizable en este momento o en un momento cercano en el tiempo y abierta. De ahí que tengamos que cuidar especialmente en esta fase el no dar órdenes, imposiciones, exigencia o amenazas.

 

Es importante en este paso ser conscientes de por qué obedecemos cuando se nos hace una petición y cuál de estos motivos nos ha llevado a hacer lo que se nos pide: obediencia, miedo, culpabilidad o la alegría de contribuir.