La observación en Comunicación no violenta; reflexión

La semana pasada, compartí un  básico sobre la Observación en CNV y a raíz de escribirlo, me vino a la memoria, algo que pasó en un taller, introductorio, para familias, que facilité en una escuela y que me dio qué pensar. ¡Aprendo mucho de l@s alumn@s!

 

Les estaba contando la observación y puse un ejemplo típico.

 

 “Cuando he llegado a casa, he visto tres chaquetas encima de la silla, las dos mochilas del cole en el sofá y los zapatos en el suelo delante de la puerta.”. 

 

Inmediatamente una mujer dijo: “Uf!, esto me resulta muy familiar” y miró a su compañero. A lo que él respondió: “Yo creo que a esta observación le faltan cosas. Porque sólo has dicho lo que te molesta, lo que no está como tendría que estar. Pero no has mencionado que la cena está en la mesa, ni la chimenea encendida y l@s niñ@s duchad@s”.

 

La mujer, dándose por aludida dijo: “Es cierto, gracias por nombrarlo. Dicho así, me parece más justo y ya no me siento tan mal”. 

 

Él le sonrió y contestó: “Yo tampoco”.

 

Aproveché el silencio para recoger lo que había escuchado en un reflejo,  validando y nombrando sentimientos y necesidades de amb@s, fue muy bonito…Al final lo que empezó como un inicio de discusión, terminó por ser un momento de conexión precioso y todo el grupo lo celebramos.

 

A raíz de este diálogo espontáneo, también surgió un pequeño debate sobre si era necesario incluir en la observación no sólo aquello que nos ha estimulado el malestar. ¿Qué opinas tú?

 

En ese grupo, llegamos a la conclusión que, hacer el esfuerzo de hacer “una foto” más amplia y valorar lo que “sí está bien”, puede ayudar a tod@s l@s implicad@s; A la persona que lo dice a conectar, también con la celebración y a las personas que lo escuchan, a que sus necesidades de reconocimiento y ser vistas, (por ejemplo), sean satisfechas. Por algo Marshall Rosenberg eligió a la jirafa con su largo cuello, para animarnos a que tengamos una mirada amplia.

 

¿Cómo lo ves?

 

Éstos son los quereres/práctica que te propongo hoy:

 

Reflexiona sobre esta pequeña historia, saca tus conclusiones, preguntas... y realiza 3 observaciones (puedes guiarte por el artículo de la observación), nombrando tanto lo que no te gusta como lo que te gusta.

 

Ej: Veo que son las 9 de la noche, hora de prepararnos para dormir y no le  escuchado practicar con la batería.

 

Ej: Veo que son las 9 de la noche, hora de prepararnos para dormir y no le he escuchado practicar con la batería, lo que si he visto que ha hecho las tareas del cole y ha sacado al perro.

 

 

 

Desde luego, a mí, me pone en un punto diferente, por eso, cuando hablo de la observación en mis talleres y sesiones individuales, suelo explicar esta anécdota, con las ganas de animar a que lo tengamos en cuenta y, siempre que puedo, lo pongo en práctica porque nos ayuda a conectar.

 

Más allá de no enjuiciar, también podemos valorar…. Que tengas una feliz semana

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Nieves Martínez Unzueta (martes, 09 julio 2024 09:08)

    En la primera opción, noto como mi mente se va disparando hacia pensamientos que califican, enjuician de manera irracional con las emociones que eso conlleva y una carga energética interna que me lleva a posicionarme en contra de quien no ha hecho la tarea diaria, a no escucharle y sentenciar una situación no real. Cierro la posibilidad de comunicación y llegar a acuerdos.
    Al leer la segunda opción, siento como la intensidad de la emoción que me produce el hecho de que no haya realizado una de las tareas diarias se relaja, también me parece que me coloca más en la realidad (mi mente no se dispara) y la conversación a partir de estado me va a permitir escuchar y llegar a acuerdos y compromisos acordes con la realidad de la situación.
    Esta forma de comunicación nos da mayor perspectiva de la realidad, nos da tiempo a disminuir la intensidad de la emoción desagradable que nos produce y puede hacer que los demás valoren nuestras aportaciones en casos de conflicto ya que no están basadas en la queja sino en la necesidad de buscar soluciones.