La Comunicación No Violenta en el País Vasco


Para nosotras es un orgullo el poder hacer llegar nuestros talleres online de cnv en el País Vasco. Cuándo estalló la pandemia, la covid19, y nos confinaron a todas, teníamos planeadas unas formaciones presenciales de comunicación no violenta en el País Vasco, pero las tuvimos que cancelar e idear nuevas fórmulas de poder ofrecer formaciones dc cnv que pudieran estar al alcance de cualquier persona del País Vasco o de cualquier otro lugar del mundo. De ahí nacieron nuestros talleres online de cnv. Unos talleres de formación de comunicación no violenta que al inicio nos generaban dudas, pero que después de dos ediciones, vemos que son geniales, que la conexión y la información son espléndidas, y que las participantes están super satisfechas y se generan sinergias muy bonitas entre personas de muchas nacionalidades y lugares distintos. Si quieres formarte en cnv y participar en nuestros talleres online de cnv, rellena el siguiente formulario y nos pondremos en contacto contigo a la mayor brevedad posible para ver si hay plazas disponibles en las próximas ediciones.

 

La comunicación No Violenta (CNV)

 

Muchas veces la comunicación se basa en juicios, etiquetas, vergüenza, culpa y expectativas. Pero, por supuesto, no es lo ideal.

 

Es mucho más preferible una comunicación basada en la empatía y que, a la vez, tenga en cuenta las necesidades propias de cada interlocutor.

 

A ese tipo de comunicación se le llama «no violenta» y está perfectamente explicada en un libro del Doctor Marshall B. Rosemberg que lleva el mismo nombre [La comunicación No Violenta, 1988].

 

Yo te recomiendo leer el libro para que saques tus propias reflexiones pero he pensado en compartir contigo algunas pinceladas que considero prácticas y 4 pasos para una buena comunicación desde el respeto y respetándote.

 

Pinceladas

 

    Rosenberg desarrolló el proceso de la Comunicación No Violenta (NVC, Non Violent Comunication) en la década de los sesenta basándose en una premisa: los conflictos entre grupos o individuos surgen por no saber comunicar claramente sus necesidades.

 

    Según Rosenberg, un lenguaje que provoca miedo, vergüenza o culpa desvía la atención y provoca una violencia oral que no permite reconocer sentimientos, requisitos y necesidades reales de cada interlocutor. Y es entonces cuando las represalias toman el control y tenemos un problema.

 

    En definitiva, se trata de apostar por las relaciones sinceras en vez de la desvinculación y avanzar desde el reproche a una comunicación donde las necesidades son del todo cubiertas.

 

¿Recuerdas aquello de «hablando se entiende la gente»? Pues hablando «jirafo» es la manera de acabar con los conflictos y comunicarte de verdad, desde tus necesidades y respetando las de los demás.

 

La Jirafa y El Chacal

 

La Comunicación No Violenta utiliza dos animales como símbolos.

 

De hecho, como punto anecdótico, déjame contarte que Rosenberg utiliza marionetas mientras explica los procesos en sus conferencias.

 

Exploremos ahora sus conceptos.

 

La jirafa es el animal terrestre con el corazón más grande. Además, su cuello largo le da una perspectiva mayor de lo que le rodea. Es la comunicación compasiva. Unifica.

 

El chacal representa la competencia, el juicio, la crítica y la acusación. Es el lenguaje que utilizamos cuando nos sentimos atacados o cuando imponemos nuestros deseos. Divide y desvincula.

 

Hablando «jirafo» las necesidades quedan cubiertas y un sinfín de sentimientos positivos florecen como rosas, entre ellos la tranquilidad, el saberse escuchado, la comprensión y la afectividad.

 

Hablando «chacalo» (mil perdones antes a la RAE por seguir inventándome palabras) hay tensión, enfado, desesperación, estrés, nerviosismo, impaciencia, decepción y, encima, incita a entrar en un bucle violento que cada vez parece más difícil cortar y redirigir.

 

Con el lenguaje de la jirafa, las necesidades humanas (seguridad, comprensión, autonomía…) se expresan de una forma respetuosa y no desde evaluaciones o diagnósticos que sólo comportan reacciones a la defensiva o de ataque.

 

[IMPORTANTE]: expresar tus sentimientos no es un síntoma de tu debilidad, es una fortaleza que debería ser respetada y tenida en cuenta. Es verdad que a veces esta sociedad parece que invita a todo lo contrario pero, vamos, tú, ni caso. (Ella es así de olvidadiza y tú estás para vivir y expresarte).

 

Cómo hablan el chacal y la jirafa

 

Exploremos la manera de comunicarse de uno y otro en 4 situaciones distintas.

 

1) Saludas a alguien y te ignora.

 

CHACAL: «Será estúpido el mamarracho éste…».

 

JIRAFA: «Le he saludado y me ha girado la cara».

 

2) Una reunión de equipo en el que el liderazgo tambalea «un poco».

 

CHACAL: «Mi jefa es una incompetente: no sabe liderar al equipo ni comunicarse. Qué reunión más desastrosa. Menudo caos».

 

JIRAFA: «Mi jefa ha explicado las nuevas estrategias y las interrupciones del equipo han sido constantes».

 

3) Alguien no asiste a una reunión en la que contabas con él.

 

CHACAL: «Me decepcionaste no asistiendo a la reunión».

 

JIRAFA: «Me disgusté cuando no asististe a la reunión. Quería aprovechar para contarte algo. ¿Tienes un momento ahora? »

 

4) Situación casera con Fulanit y Menganit (géneros a tu elección).

 

En modo «CHACAL»:

 

Fulanit: «Me tienes hasta la coronilla. Nunca me escuchas cuando te hablo. Me ignoras constantemente pero claro, a ti te da exactamente igual porque ale, sencillamente, pasas».

 

Menganit: «¿Cómoooooo? ¿Qué yo paso? ¿Lo dices en serio? Te escucho todo el tiempo, no me fastidies».

 

Fulanit: «Sí. claro, me estás diciendo que me escuchas siempre como ahora, ¿mientras estás leyendo el periódico? Eso cuando no estás mirando el whatsapp que, por cierto, es toooodo el día. Mira, eres lo peor, de verdad…»

 

Menagit: «¿¿¿Así que ahora soy lo peor”??? Y me lo dices tú que…»

 

… Y ale, ya tenemos el bucle de la frustración en modo on.

 

Hablando JIRAFO:

 

Fulanit: «¿Sabes? Siento un poco de frustración cuando te hablo mientras lees el periódico porque necesito que me escuches. ¿Podrías atenderme 5 minutos y así comparto lo que quiero decirte?»

 

Menganit: «Es que me has pillado a mitad del artículo. ¿Te parece bien que lo termine y así luego podré estar al 100% contigo? Es para no dejarlo a medias. Serán 2 minutos. ¿Me dejas terminarlo?»

 

Fulanit: «Sí, por supuesto».

 

… Mucho mejor así, ¿no?

 

Apuntes finales

 

Esta semana te invito a que te fijes en tu lenguaje, en cómo pides las cosas y en cómo expresas tus necesidades.

 

Sé amable pero firme, evita emitir juicios o sentencias y utiliza palabras dinámicas que permitan conversación. Pero tampoco seas súper formal, sobre todo si no va contigo. Mejor apuesta por la naturalidad y en vez de soltar a tu amigo del alma «Te siento nervioso y me preguntaba si querrías hablar para valorar posibles causas y blah blah blah» dile algo sencillo como «¿Te sientes nervioso, Fulanit? ¿Quieres que le demos una vuelta al asunto juntos?»

 

Y no, no todos tus interlocutores hablarán «jirafo» pero ya sabes que si quieres empezar a ver cambios en tu vida y a tu alrededor, el primer paso lo tienes que dar tú.

 

Hagamos que las jirafas se hagan con el control de las comunicaciones y desbanquen a los chacales.

 

¿Serás a partir de ahora más consciente de tus conversaciones?