La Comunicación No Violenta en Cataluña


Nuestras expertas facilitadoras de Comunicación No Violenta hace ya muchos años que están formadas y formando en sus talleres online de CNV a muchas personas de residen en Cataluña, dado que es el sitio donde ellas residen y donde les era más fácil programar talleres de Comunicación No Violenta de forma presencial. También, Franzina Balagué, creadora del juego de cartas de la comunicación no violenta, el JECO, ha dado sesiones en escuelas e institutos para explicar y practicar el juego de la CNV con los alumnos y así fomentar su escucha, comunicación y empatía. Sin embargo, a día de hoy, la Comunicación No Violenta en Cataluña en forma de talleres de CNV, ya se ha extendido en cualquier parte del mundo, gracias a las nuevas tecnologías y al buen funcionamiento de las sesiones online de CNV que se han ido impartiendo hasta la fecha. Si estás buscando buenos talleres online de Comunicación No Violenta, rellena el siguiente formulario, y nos pondremos en contacto contigo para ver si hay plazas libres en las próximas ediciones. Si quieres comprar el juego de rol de la CNV, el JECO, entra en la tienda online de la CNV y compralo de forma fácil, sencilla y segura.

 

 

La Comunicación No Violenta

 

“Distingamos los pensamientos de los sentimientos… Cuando mezclamos la observación y la evaluación, los demás tienden a percibir crítica” (Marshall Rosenberg)

 

Esta corriente de comunicación, promueve el desarrollo de la escucha atenta, la observación sin juicios, el uso de las palabras como elementos de construcción de nuevas realidades y la empatía, tanto para la resolución de conflictos, como para comunicar desde una conexión más profunda y efectiva, que genera bienestar.

 

Alcanzar la paz a través del lenguaje: ¿cómo puedo aplicar la comunicación no violenta?

 

A veces, la comunicación fluye sin problemas: no hay conflicto y las partes implicadas se entienden. Por desgracia, en demasiadas ocasiones no es así. Malentendidos, palabras no dichas, falta de asertividad, juicios, manipulaciones… todo ello resulta, para el psicólogo Marshall Rosenberg, la base de los problemas interpersonales e, incluso, intergrupales.

 

Desde la Antigua Grecia se viene hablando de que el hombre es un animal social, un ser que alcanza su desarrollo pleno en compañía de otros. No es de extrañar, pues, que la comunicación sea –para bien o para mal- un pilar esencial de este entramado de relaciones. Rosenberg, autor de Comunicación no violenta: un lenguaje de compasión, lo tiene claro, y por ello su modelo –abreviado como CNV- sostiene que la mayoría de conflictos surgen de la mala comunicación de las necesidades humanas.

 

Corrían finales de los 60, y Rosenberg se encontraba en aquel momento trabajando en procesos de integración racial en escuelas y organizaciones del sur de los EEUU. Su experiencia en ello plantó la semilla de su teoría: si identificamos la violencia en nuestra forma de comunicar y la revertimos, cambiarán nuestras relaciones con los demás y el bienestar de todos.

 

Comunicación no violenta: el camino de la paz

 

Lo contrario de la comunicación no violenta es, evidentemente, la violenta: aquella que utiliza lenguaje coactivo o manipulativo y que busca inducir en el otro miedo, culpa o vergüenza. Son modos de comunicación alejados de la empatía, que, cuando son usados en un conflicto, desvían la atención de los participantes lejos de clarificar sus necesidades, sentimientos, percepciones y peticiones, perpetuando así el conflicto.

 

Frente a esto, la comunicación no violenta, enfocada principalmente en tres aspectos: auto-empatía -o conocimiento profundo de uno mismo-, empatía con el otro y expresión honesta, auténtica. Por tanto, los tres modos de aplicar la CNV implican conectar con los sentimientos, pensamientos y juicios que suceden en el interior de uno mismo, y tratar de entender el corazón de los demás. Respecto a esto último, Rosenberg habla de “ser con el otro”.

 

 

 

Por último, el autor invita a aquellos que quieran poner en práctica la comunicación no violenta a enfocarse en cuatro componentes principales:

 

  •     Observación: Se trata de diferenciar los hechos de nuestras evaluaciones de significado e importancia, y entonces combinarlos.
  •     Sentimientos: Estos se definen –según Rosenberg- como emociones o sensaciones libres de pensamiento e historia. Los sentimientos reflejan si experimentamos que nuestras necesidades están satisfechas o no.
  •     Necesidades: Un postulado básico de la CNV es que «todo lo que hacemos es en servicio de nuestras necesidades».
  •     Peticiones: Las peticiones se distinguen de las demandas en que uno está abierto a escuchar una respuesta de «no» sin que esto detone un intento de forzar el asunto.

 

Cuando la comunicación está a favor de un intercambio empático, la alegría aparece en lugar de la violencia y el dolor.

 

Marshall B. Rosenberg, PhD

 

Qué es la comunicación no violenta y cómo puede ayudarnos con nuestros hijos

 

Los seres humanos necesitamos tanto la comunicación con el otro que hemos inventado la palabra. Comunicarse es crucial para desenvolverse en el mundo, pero también para desarrollarse como persona. Sin embargo la comunicación mediante palabras es imprecisa o incluso tramposa, la palabra nos permite mentir, y en ocasiones también puede ser vehículo de violencia.

 

A comunicarse bien con los demás se aprende, el problema es que se aprende en la infancia y así, malas formas de comunicación son transmitidas de padres a hijos generación tras generación.

 

Gritos, amenazas, chantaje emocional, silencios..., la forma en que nos comunicamos los adultos deja mucho que desear y así enseñamos a nuestros hijos a hablar. "Si no te lo comes todo no hay tele", "Esta por mamá", "Si no me das un beso no te hago más macarrones", "¡Recoge tu cuarto, ya!"..., ¿quién no ha usado o escuchado alguna vez una de estas frases o alguna de sus variantes?

 

¿Qué es la CNV?

 

La Comunicación No Violenta fue desarrollada por M. Rosenberg, doctor en psicología y educador, en el año 1984 y su objetivo es que seamos capaces de comunicarnos de manera efectiva y empática. Para esto se intenta evitar el uso de manipulaciones, tales como apelar a la culpa, la vergüenza o el miedo, evitar las coerciones y amenazas y los chantajes. Uno de los principios claves de la CNV es que sea una comunicación libre de juicios morales, que evite recriminar al otro y que se exprese más desde el yo y los sentimientos propios que desde las acciones del interlocutor. "Me siento mal cuando haces eso" en contraposición a "Lo que haces está mal". La escucha activa y empática también es una de las herramientas clave de la comunicación no violenta, que se basa en la expresión de sentimientos y en la idea de que las necesidades propias no pueden satisfacerse a costa de otros.

 

Rosemberg ha aplicado este modelo de comunicación en diversos programas de paz, ya que es una buena herramienta en la mediación y resolución de conflictos.

 

Comunicarnos de forma honesta con nuestros hijos es la base para construir una relación honesta y así preparar a nuestros hijos para establecer relaciones honestas en el futuro. La palabra está en la base de muchas relaciones violentas y por lo tanto, hablar con nuestros hijos "bien" les enseña a que los demás les hablen "bien" a ellos.

 

Este tipo de comunicación permite además resolver conflictos de forma asertiva, aprender a decir "no" y aceptar el "no" de los demás y por tanto es útil también para ayudarnos a manejar emociones como la frustración o la ira.

 

La comunicación no violenta nos ayuda a construir relaciones basadas en la empatía, el respeto y la colaboración y por tanto libres de abuso. Para comunicarse honestamente es necesario perder el miedo. Y todo eso, sin duda, es importante para nuestros hijos y para su futuro.