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Resumen del capítulo 7 del libro la comunicación no violenta, un lenguaje de vida

 

La empatía es una respetuosa comprensión de la vivencia de los demás. En lugar de ofrecer empatía, solemos ceder a la fuerte urgencia que sentimos de dar consejos o tranquilizar a nuestro interlocutor, y de explicarle cuál es nuestra opinión o cómo nos sentimos. La empatía, sin embargo, exige de nosotros  que  vaciemos  nuestra  mente  y  escuchemos  con  todo  nuestro  ser  a  la otra persona.

 

En la Comunicación no violenta, al margen de las palabras que utilice nuestro interlocutor para  expresarse,  nos  limitamos  a  prestar  atención  a  sus  observaciones,  sentimientos, necesidades y peticiones. Después tal vez querramos reflejar lo que hemos  oído  parafraseándolo.  Mantenemos  nuestra  actitud  de  empatía  para que nuestro interlocutor tenga la oportunidad de expresarse plenamente antes de desviar nuestra atención hacia las soluciones o hacia la satisfacción de sus peticiones.

 

Necesitamos empatía para poder ofrecerla. Cuando advertimos que estamos a la defensiva o que nos sentimos incapaces de ofrecer empatía, necesitamos a) detenernos, respirar y ofrecernos empatía a nosotros mismos, b) gritar sin violencia, o c) retirarnos.

 

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