Parte II del artículo dedicado a “L@s niñ@s y sus necesidades”

 

En el post de hoy del blog de la comunicación no violenta, Franzina Balagué, nuestra experta facilitadora de la Comunicación No Violenta, nos entrega la segunda parte del artículo dedicado a les niñes y sus necesidades. Un artículo precioso donde nos muestra la importancia de incorporar en nuestra vida el aseo emocional, tan importante y necesario como los hábitos de la higiene física. Disfruta del post, y realiza cualquier comentario, estaremos encantadas de recibirlo.

 

Ya avancé que esa pregunta me dejó pensativa y ahí sigo explorando… me gustaría empezar la segunda parte des de aquí:

 

Para que haya un cambio social profundo; En el caso de les niñes ¿Qué podemos cambiar en nosotres, al acompañarles, para que mantengan esta sabiduría?

 

Así sintetizando diría: empezar por ocuparnos de nosotres, de nuestra salud emocional, de nuestros sentimientos (S) y necesidades(N). Vaciar la mochila y dar ejemplo... (Ahí es nada…)

 

Y cómo podemos hacer esto?

 

Una estrategia que a mí me funciona y que cogí de una charla de Thomas d’Aumsembourg (facilitador de CNV que me inspira y autor de varios libros) es el aseo emocional, al menos diario. 

 

Al igual que nos lavamos los dientes después de comer, la cara, nos duchamos etc. Que cuidamos nuestra higiene personal para estar bien con nosotres mismes y también para que las demás personas no se sientan incómodas a nuestro lado. Lo mismo os animo a que cuidéis vuestra higiene emocional.

 

Recuerdo que él puso un ejemplo: ¿verdad que si llevas los zapatos sucios de barro, te los quitas antes de entrar en casa? ¿O si vas con las manos mugrientas te las lavas antes de abrazar a tus seres queridos? (y a quién sea...)

 

Entonces, ¿Por qué entramos en casa con la cabeza y el estado de ánimo “sucios”?

 

¿Por qué nos presentamos con todos nuestros  juicios y enfados.., agobiades, rabioses etc.?

 

¿Por qué, antes de entrar, de llegar, de llamar… no nos paramos a empatizar con cómo estamos (S), ver de qué  pasó, que no me gustó, qué me hubiese gustado que sucediera, qué me está faltando (necesidades), darle un espacio y acoger  todo esto con empatía (sin juzgarlo, con compasión, con apertura)?  Respirando unas cuantas veces, hasta que me sienta más tranquile menos llene, con más espacio para acoger lo que hay detrás de esa puerta?

 

Os prometo que  los cambios serán sustanciales a nivel de harmonía, calidad, comunicación, conexión, me atrevo a decir calidez y alegría en las relaciones.

 

I siguiendo con les niñes (aunque vale para todes), no podemos controlar ni predecir qué nos encontraremos al llegar a casa, al trabajo, al recoger a nuestres hijes, pero, sea lo que sea, Si yo estoy conectade con mis sentimientos, he visto de qué necesidades me están hablando, he podido hacer el duelo por las que no están cubiertas y me he dado esta empatía, tengo un tanto por ciento mucho más alto de no saltar, enfadarme, sobre reaccionar, proyectar etc. Que si voy con toda mi carga.

 

Tengo un % mucho más alto de poder escuchar, acoger sin juzgar, traducir a sentimientos y necesidades lo que me dicen. En resumen; tengo un % muy alto de  que se dé la CONEXIÓN con mis hijes, alumnes, y niñes con las que me relaciono.

 

Si yo ofrezco esta mirada limpia, esta actitud empática hoy, mañana, pasado... llega un momento en que tanto por imitación, (recordemos que aprendemos mucho imitando), como por la seguridad emocional y la contención que les ofrecemos, que les niñes, empiezan a copiarnos, a  expresar qué sienten y necesitan abriéndose a más posibilidades, sin aferrarse a estrategias concretas e inmediatas (quiero jugar a Harry Potter contigo ahora!, quiero este cuento ya!).

 

A veces tarda, cuesta, nos parece que cuesta mucho y no llega…. depende de la relación, las historias personales… pero persistamos, puede que nos sorprendan. Y si un día, dos, tres, se nos olvida hacerlo, seamos compasives con nosotres...

 

También podemos pedir ayuda a otre adulte, recibir empatía de otra persona es altamente gratificante, puede que estemos tan ofuscadas o tristes que soles no podamos, ¡pidamos que “nos froten la espalda”! ;).

 

Hagámoslo nosotres mismes o con ayuda, seamos voluntarioses y constantes. ¿Verdad que no estamos tres días sin lavarnos las manos? ¡Pues con la ducha emocional, lo mismo!.

 

Para recoger un fruto,  no basta con plantar una semilla... hay que cuidarla durante todo el proceso… Si se quiere, claro, somos libres de elegir. ¿Qué eliges tú?

 

Y además,  y algo no menos importante, es que,  con este hábito de higiene emocional, no sólo conseguimos esta conexión con les niñes, también nos sentiremos mucho mejor con nosotres mismes. Podremos tomar decisiones más enfocadas a lo que es importante para nosotres, mejoraran nuestras relaciones y en general ganaremos en calidad de vida.

 

¿Te animas a intentarlo? Me encantaría que nos contaras cómo te va…

 

Escribir comentario

Comentarios: 0