En el post de hoy, nuestra facilitadora en comunicación no violenta, Francina Balagué, nos explica lo importante que es para nuestra vida poner límites, un tema recurrente en la crianza, pareja, trabajo, amistades… Disfruta del post, y recuerda, todavía puedes inscribirte al taller. Plazas limitadas!

 

L@s niñ@s necesitan límites

Si no le pones límites se va aprovechar de tí

El problema que tiene es que no sabe respetar los límites

En esta familia no saben poner límites

 

Seguramente, muchas o algunas de nosotras, hemos escuchado e incluso dicho frases como estas.

El tema de los límites, suele ser tema de conversación cuando hablamos de crianza, pareja, trabajo…

En mi caso, ha sido muy recurrente. A modo de confesión, te digo que con 29 años, después de hacer todo un trabajo personal, me tatué a la altura del corazón, un símbolo sobre los límites para recordarme que tengo derecho a ponerlos. Puedes imaginar pues mi dificultad para hacer valer mis límites.

Y aunque el tatuaje me servía y sirve como recordatorio, no fue hasta que, practicando la Comunicación Noviolenta,  integré su visión sobre los límites, que me dí permiso para ponerlos, expresarlos y hacerlos respetar.

 

Yo, como mucha gente, pensaba que los límites era algo que necesitaban las demás personas para comportarse “bien”. Y que si alguien no respetaba los límites era porque no estaba “bien educado”, no se lo habían enseñado etc. 🦊🦊

Este pensamiento, lleno de juicios y creencias limitantes, me bloqueó durante mucho tiempo, porque era incapaz de poner límites desde ahí. 

Ahora que conozco la CNV, entiendo que no podía porque lo hacía desde el: “tú no sabes y yo te voy a enseñar” y ese juicio, en el caso de poner límites, no tiene sentido para mí porque no me habla de todas mis necesidades y valores a la hora de poner límites.  

 

Cuando ponemos un límite, lo hacemos para cuidar necesidades importantes para nosotras. Te pondré un ejemplo:

 

Recoger el plato después de comer.

 

Cuando yo no permito que mis hij@s dejen su plato sucio en la mesa, estoy cuidando de varias necesidades mías (colaboración, orden, belleza, cuidado de mi tiempo y energía, respeto, aportar a su educación, transmitirles estos valores de colaboración, respeto, cuidado..,).

Y todo esto, son necesidades mías, no de ell@s. De hecho, lo más probable, es que mis hij@s, en el momento en que se levantan, rápidamente, de la mesa dejando su plato sucio allí, no estén conectadas con su necesidad de colaborar, contribuir, cuidarme etc. Seguramente, están conectad@s con su necesidad de juego, facilidad, diversión, tal vez amistad y quieren ir ya a buscar a sus amig@s…

 

Esta visión de la CNV, de plantear los límites como una manera de cuidar de mis necesidades y aceptar que la/s otra/s personas tienen otras en esos momentos, me ayuda a permitirme poner los límites que son importantes para mí. Porque lo hago desde el cuidado y la empatía, sobretodo cuando quiero poner límites a las personas que quiero. Porque reconozco que,( y hoy va de confesiones), cuando NO tengo un vínculo afectivo con la otra persona, esto no me ayuda tanto porque no necesito cuidar tanto de la relación. Y paradójicamente, con l@s estrañ@s y l@s que no me simpatizan tanto, me cuesta más expresar y hacer valer mis límites. 

Con esta reflexión que no tenía en el guión y me ha salido espontánea, me doy cuenta de lo importante que es para mí, ¿para tí también?, el hacer las cosas con un sentido. 

Si pongo los límites para cuidarme y cuidar, me resulta mucho más fácil.

En cambio si pongo los límites sólo conectada con mi autocuidado, sin tener la intención de cuidar de la relación ni de las necesidades de la otra persona que los recibe, me resulta mucho más difícil porque “cuidar” es realmente algo muy importante para mí.

 

Encontrar y validar tus necesidades a la hora de poner un límite te ayudará muchísimo a poder ponerlo porque te dará más sentido. ¡Pruébalo y si te apetece, nos cuentas! 

 

Ir al siguiente post sobre los límites en cnv